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CEM-Tema 8: MOVIMIENTO



















Tenemos en nuestra vida tan integrado el Movimiento que pocas veces re­flexionamos sobre su valor en la evolución de la Consciencia. Psicólogos, terapeutas y educadores saben de la necesidad del Movimiento para el desarrollo evolutivo del niño, tanto a nivel físico como psíquico. Es tan evidente y real el Movimiento que pasa desapercibida su importancia global en nuestra armonía, en nuestro desarrollo, en nuestro creci­miento personal.


Se valora el Movimiento en la gimnasia, en el deporte, en la danza, en la expresión corporal, en todas las escenogra­fías en general; se valora el Movimiento como desplazamiento andan­do, en automóvil, en cualquier medio de locomoción; se valora el Movimiento de los planetas, de las galaxias; el Movimiento de los animales, de los vegetales, de las masas intercontinen­tales; etc...

 

El universo entero está en movimiento, que es lo mismo que decir que el universo entero lo atestiguamos como consciencia mediante el arquetipo movimiento.

 

A nivel orgánico externo interviene en todo proceso de desplazamiento o movimiento físico en el mundo que nos rodea.

 

A nivel orgánico interno está presente en todos los procesos de reacciones bioquímicas, fisiológicas, patológicas, etc… en general, en todo tipo de desplazamiento o cambio en las estructuras microscópicas del cuerpo físico.

 

El Movimiento en nuestra realidad es un Arquetipo del cual somos constantemente conscientes. Pero, hay algo vital que se nos olvida y es el Movimiento en el proceso personal como Línea Ini­ciática Evolutiva, como disciplina o Método de Autoconocimiento. Aquí, podemos considerar el Yoga, el Tai‑Chi, las Artes Marciales en su faceta filosófica, y en parte, la Mímica, el Baile, la Danza,... en su faceta de liberación corporal. El movimiento, por lo tanto, debe de ser entendido y aplicado en nuestra vida diaria, como individuos y como sociedad.

 

El movimiento, impregna todo cuanto existe. Presenta dos manifestaciones de gran importan­cia y trascendencia, para el momento evolutivo en que nos en­contramos. Debemos tener en cuenta que todo está en movi­miento (Acción), o está estático (Reposo). Las dos coordenadas in­tegran el Arquetipo Movimiento.

 

Es fácil entender que la acción corresponde al Arquetipo Movimiento, pero cuesta comprender que el reposo también co­rresponde al Plano del Movimiento. Nos han enseñado a conce­bir el Movimiento como acción, y nuestra cabeza tiende a pen­sar "reposo igual a no‑movimiento". Desde el punto de vista de la Teoría TNDR, no es así. Arquetipo Movimiento es tanto Acción como Reposo. Resulta sencillo entenderlo, si consideramos que Repo­so es Movimiento igual a cero, por ello pertenece al Plano Movimien­to.

 

Nuestra sociedad fomenta una hiperactividad constante en detrimento del reposo. De forma tal, que el Plano Movimiento no nos está aportando el bienestar, el Gozo, el aumento de Consciencia que de él se genera. Se hace necesario integrar la Acción con el Reposo. Aquí es donde más adolecen todas las disciplinas relacionas con este Arquetipo.  Nos enseñan a hacer cosas, pero no nos enseñan a Gozar del no hacer. Y,  sin el equilibrio del no hacer, la Acción, la actividad, sobre todo si es en exceso, no puede darnos bienes­tar, en consecuencia, no nos ayuda en nuestra integración con el misterio maravilloso que es el vivir diario.


Recordemos que la parte de nuestro Cuerpo Físico, en relación directa con este Arquetipo son los músculos que se contraen y se relajan en un ciclo continuo para producir movimiento. Este ciclo involucra dos tipos principales de contracciones musculares: la contracción concéntrica, donde el músculo se acorta, y la contracción excéntrica, donde el músculo se alarga.


El movimiento de los músculos está principalmente facilitado por dos proteínas: la actina y la miosina. Estas dos proteínas forman lo que se conoce como un puente cruzado que, a través de un ciclo de contracción y relajación, permite el movimiento muscular.

 

Es en la contracción concéntrica, donde el músculo se acorta, la cabeza de la miosina se une al sitio de unión de la actina en el filamento delgado y tira de él, lo que hace que el filamento de actina se deslice sobre el filamento de miosina y el músculo se acorte.

 

Es en la contracción excéntrica, donde el músculo se alarga, la cabeza de la miosina todavía está unida al sitio de unión de la actina mientras el músculo se alarga. Esto se debe a que la miosina se resiste a la liberación de la actina, lo que permite un control más suave del movimiento y ayuda a prevenir lesiones.

 

Tanto la miosina como la actina juegan un papel necesario en las contracciones musculares, ya sean concéntricas o excéntricas.

 

Pa­ra que el movimiento sea armónico, y nos pueda aportar Poder Personal, hemos de activar ambos movimientos de contracción.


Cuando un deporte o ejercicio solo promueve los movimientos de contracción (concéntrica), es decir, si solo se acortan los músculos y no se permiten alargar, esto podría traer varias consecuencias:

 

  • Limitación del rango de movimiento: los movimientos serían limitados ya que la mayoría de los movimientos deportivos requieren tanto la contracción como la relajación de los músculos.

  • Fatiga muscular: Los músculos podrían fatigarse más rápidamente debido a la falta de relajación y recuperación.

  • Riesgo de lesiones: El riesgo de lesiones podría aumentar, ya que los músculos que están constantemente contraídos pueden ser más propensos a las distensiones y desgarros.

  • Desbalance muscular: Podría haber un desequilibrio muscular, ya que algunos músculos estarían constantemente trabajando mientras que otros estarían inactivos.

 

Esta forma de vivenciar la Fuerza Pura Movi­miento, en que se olvida el Repo­so y la relajación, es de las menos positivas, y en algunos casos llega a ser lesiva, pu­diendo disminuir el Poder Perso­nal.

 

Al mirar en el Diccionario de la lengua española, leemos que Mover es "hacer que un cuerpo pase a ocupar posición o lugar distinto del que ocu­pa". Considerando esta definición desde el punto de vista de la TNDR, tenemos que hacer algunos cambios de expresión, nos queda que Movimiento es el "Plano donde se da el Estado de Cons­ciencia en que se atestigua el proceso de disminución o aumen­to del espacio, o cambio de posición entre dos cuerpos".

 

Esta definición se queda un poco pequeña para incluir el Reposo. Hay que considerar que el Espacio y el Movimiento están en íntima relación, uno se implica al otro, no pueden existir separados. El Espacio existe porque existe el Movi­miento, y el Movimiento existe porque existe el Espacio. Así visto, es más comprensible decir:

    

Arquetipo Movimiento: "Plano donde se da el Estado de la Consciencia en que se atestigua el Espacio". Ahora sí que la coordenada Reposo está incluida:

  



Reposo = No Acción = "Estado de Consciencia en que se atestigua que el Espacio entre un cuerpo y otro/s que se toman como referencia no aumenta ni disminuye, ni cambia de posi­ción". De forma más abstracta diremos que Reposo es "Estado de Consciencia en que se atestigua que el Espacio es estático". También es fácil definir la otra coordenada del Movimiento:

 


Acción = Actividad = "Estado de Consciencia en que se atestigua que el Espacio entre un cuerpo y otro/s que se toman como referencia aumenta o disminuye, o se da cambio de posi­ción". Usando la forma abstracta nos queda que Acción = "Esta­do de Consciencia en que se atestigua que el Espacio es diná­mico"

 

El gran papel que juega el Arquetipo Movimiento en nues­tra vidas se ve en el hecho de que todos los verbos que impli­can acción o quietud corresponden a este Plano de la Conscien­cia; ej: comer, correr, beber, estar, parar, y un casi infini­to etc. De la misma forma todas las palabras que impliquen Acción o Reposo se las debe considerar como Manifestaciones.

 

Al igual que las restantes Fuerzas Puras impregna cual­quier cosa que podamos pensar o concebir. El universo entero está en Movimiento; que es lo mismo que decir­, que el uni­verso entero lo atestiguamos como Consciencia me­diante el Ar­quetipo Movimiento.

 

Queda claro que el Plano Movimiento se expresa a través de dos coordenadas, en las que se mueve la vida; dos Manifes­taciones de trascendental importancia:

 

  • ACCION: Movimiento Activo, Creador o Transformador.

  • REPOSO: Movimiento Pasivo, Virtual o Conservador.

 

Todo cambio es Movimiento y a la vez es Creación


La vida es Movimiento, la vida es Acción y Reposo. Nada puede estar eternamente en Acción, ni eternamente en Reposo. Estas dos fases se suceden continuamente en la existencia.

 

En la Acción hay cambios, creación, trasformación.... La Consciencia recibe nuevas experiencias. En el Reposo se asimi­lan las vivencias.

 

El reposo, el descanso es uno de los principios concretos de la felicidad. En la Meditación en Movimiento TNDR  estamos también descansando, a la par que nuestro cuerpo está en acción continua, instante a instante de movimiento.

 

Las coordenadas que enmarcan nuestra humanidad son el Espacio y Tiempo.  Esta es una manifestación de suma importancia en nuestra cul­tura. Pero, no debemos pasarla por alto, pues se llega a creer de forma ciega y absorbente, con absoluta convicción, que la vida se desarrolla en las coordenadas Espacio‑Tiempo. Y como tal, que la Consciencia está atada a esta realidad.

 




Somos conscientes de que el Tiempo pasa con relación a que algo se ha movido, ha cambiado. Podemos definir el Tiempo como "Estado de Consciencia en que se atestigua el Espacio dinámi­co".

 

Cuando decimos que el Tiempo pasa lo hacemos en relación con el Movimiento: a lo que se ha movido la tierra, a lo que se mueve la luna, las estrellas..., o las agujas de una máquina que lleva un movimiento proporcional al de la tierra, a esta máquina la llamamos reloj.

 

Los medios que usamos para "crear" el Tiempo son de los más variados. Voy a describirlos por orden de importancia, pues nos dan el Estado de Consciencia de realidad del Tiempo, y nos hacen creer en su existencia con continuidad lineal. Te­nemos:

    

  • Reacciones internas en nuestro Cuerpo Físico, tales como cambios bioquímicos y fisiológicos que se originan constante­mente.

 

  • La noche y el día nos hacen tomar mucha consciencia de la existencia y del pasar del Tiempo. Secundariamente, influyen las estaciones y los cambios de las estrellas.

 

  • También hacen que nos demos cuenta de la existencia del Tiempo, los aumentos o disminuciones del Nivel de Consciencia, o cambios en los Estados. Me encuentro muy cansado, y cambio a hallarme vital y energético; esta modificación en el Estado de Consciencia me da mucha realidad en la existencia del Tiempo.

 

  • En el momento presente de la evolución, en nuestra socie­dad, son las agujas del reloj las que más nos hacen tomar cons­ciencia del Tiempo.


Tengámoslo claro, las dimensiones Espacio/Tiempo corres­ponden al Arquetipo Movimiento.

 

El simple hecho de meterte en una cueva a oscuras y que­darte inmóvil, es suficiente para comprender que el Estado de Consciencia Tiempo lo atestiguamos con relación al Movimiento, a los cambios de Espacio‑Movimiento. En las condiciones des­critas, se tiende a perder rápidamente la noción del Tiempo, aun cuando el "reloj" fisiológico sigua funcionando.

 

En relación al Arquetipo Movimiento, no debemos olvidar la relatividad del Tiempo de Einstein.

 

La Meditación en Movimiento TNDR es descanso, es reposo dado que la Relajación es un proceso en busca del Reposo, necesario como consecuencia de la hiperactividad contra­dictoria que nuestra sociedad presenta.

 

Se nos ha enseñado a hacer, hacer, hacer... pero no cómo dejar de hacer. Nos hemos  equivocado, y hemos creído que dejar de hacer (Reposar) es ha­cer algo contrario a lo anterior. Digamos que, para dejar de andar en vez de aflojar los músculos propulsores, lo que hace­mos es tensar los frenadores. Cierto es que nos paramos físi­camente, pero mantenemos una Acción contradictoria en nuestros músculos, que es el origen de una hipertensión muscular. En consecuencia, aparece un agotamiento orgánico. Algo así como pisar el freno del coche sin dejar de acelerar.

 

Este error lo cometemos no sólo con el sistema muscular, sino también el mismo proceso se origina en nuestros sistemas de pensamientos. Muchas personas al tumbarse a realizar una relajación, o incluso al dormir no pue­den parar su cabeza; ésta se mantiene en un proce­so continuo de pensamientos, sumamente agotador.

 


Como podéis comprender es una hecatombe para el organis­mo y para el sistema nervioso. Este es el motivo por el que hoy en día, se habla tanto de la Relajación. Hay que conside­rarla como el proceso mediante el cual reaprendemos a disten­der el sistema muscular y los demás tejidos; y de la misma forma, re­aprender a detener los procesos mentales innecesa­rios. Rea­prender a parar el coche quitando primero el pie del acelera­dor, y después pisar el freno.

 

Vamos a tratar de algunas Manifestaciones frecuentes en nuestra sociedad relacionadas con este Arquetipo:

 

Hiperactividad, actividad y diligencia. Son valoradas y fomentadas socialmente, inculcadas en el Inconsciente como formas de "bien". Como no deja de ser una creencia, cuando choca con las necesidades reales del Ser Humano, éste contra reacciona buscando la parte opuesta: hipoactividad, pereza, negligencia, procrastinación, etc. La cuales son desvaloradas socialmente, e inculcadas en el inconsciente como formas de "mal".

 

 Vamos a analizar estos dos grupos de Manifestaciones. Tanto la hiperactividad (stress) como la hipoactividad (pereza y negligencia) deben ser consideradas como Manifestaciones de­sequilibradas del Movimiento. El sustantivo actividad sólo se refiere al hecho de Movimiento, más allá de que sea o no equi­librado. Diligencia es la palabra más correcta a considerar.

 

El Diligente es el que realiza el acto (Movimiento) que requieren las circunstancias del momento. El Diligente puede "no hacer" = Reposo, si las circunstancias lo requieren; o puede "hacer" = Acción, si es necesario.

 

Me preguntaréis cómo saber cuál es la Acción o Reposo correcto en cada momento. El Movimiento correcto en cada si­tuación, está determinado por nuestra Predilección ante las circunstancias que nos rodean. De aquí que la hiperactividad, la pereza y la negligencia, presenten como causa creencias, alteraciones emocionales o alteraciones bioenergéticas.

 

Como definición, Diligencia es el "Estado de Consciencia en que se realiza el Movimiento adecuado a las circunstancias se­gún la Predilección".

 

La necesidad representa el movimiento equilibrado para una persona en concreto esto es diligencia. Siendo la diligencia una manifestación natural, justa y equilibrada.

 

Por consiguiente, diremos que todo Movimiento, bien Acción o Reposo, que no corresponda con nuestra Predilección será Negligente. Existe Acción Diligente y Acción Negligente, de la misma forma Reposo Diligente y Reposo Negligente.

 

Siempre que se da Movimiento en el Ser Humano, tanto si es Diligente como Negligente se origina Poder. Cuando es Dili­gente, el Poder se acompaña de Gozo y, en consecuencia, fácil­mente asimilable por la Consciencia para evolucionar. Si es Negligente se acompaña de Miedo o padecimiento y, en conse­cuencia, de difícil asimilación por la Consciencia, digamos Poder autodestructivo que agota nuestro Poder Personal.

 

 En nuestra sociedad se valora el hacer con el fin de con­seguir algo, pero poco se valora el hecho de hacer por el Gozo que el Movimiento en sí implica. Los que presentan hiperactividad y estrés, se mueven intentado conseguir algo que les falta. Los perezo­sos o están agotados de la hiperactividad, o simplemente creen que el Movimiento es algo despreciativo. Hay que recor­dar, pa­ra que no sigamos cayendo en el error de olvidarlo, que el Mo­vimiento en sí origina Sentimientos de Gozo y placer. El ejem­plo más sencillo lo tenemos en los niños, que pronto aprenden el Gozo que les origina el propio movimiento. Como no están adulterados con creen­cias, ni moralis­mos, ni traumas psíquicos, gozan de las dos face­tas del Movi­miento; no sólo disfrutan de la Acción, sino que se entregan con total abandono al Reposo, relajando sus mús­culos como "niño que reposa".

 

El Movimiento, nos puede descubrir el Misterio que nos rodea. Todo lo que hay que hacer, es centrar la Consciencia en él. El Movimiento puede dar lugar a Caminos Internos, a Técnicas que mantengan al Testigo en un Intento de Evolución constante.

 

Siempre han existido Técnicas de Movi­miento, algunos ejemplos: la Danza Sema o Derviche ejecutada por los Sufíes, creada por el gran Maestro Rumi; el Tai Chi, las Danzas Sagradas de múltiples Religiones, las Ar­tes Mar­ciales en su verdadera esencia, los Bailes y Marchas de Poder Chamánicos, el Reposo absoluto del Zen,...

 

El CEM, la Consciencia de la Energía en Movimiento es una sucesión de movimientos suaves, continuos, lentos, involuntarios y conscientes; muy agradables y placenteros. Mientras que se realizan estos movimientos la mente ocupa un segundo plano, el cuerpo y el movimiento son los protagonistas, es donde ponemos la atención. Arrinconando el pensamiento “el cuerpo nos indica” cómo tenemos que movernos. Consiguiendo un espacio de Meditación En Movimiento.

 

El Cambio es Movimiento, la evolución conlleva movimiento

    

En relación con la Dignidad, es evolución,  es "cambio” el pasar de un Complejo a otro dentro de la Importancia Personal, de menos a más Digno o viceversa.

 

Se cambia al Poseer más o menos cosas; lo mismo que al tener menos o más Poder.


Hay cambio en el aumento o disminución del impulso Sexual, lo mismo que al des­pertar cualquier Sentimiento.


Las ideas están en constante mo­vimiento.


El Miedo y el Gozo aumentan y disminuyen.


La Cons­ciencia evoluciona, crece o está estática, y todo ello es Mo­vimiento...

 

   

En la Meditación En Movimiento CEM no hay movimientos que aprender, ni emociones que determinen o influyan en el movimiento:  Los movimientos surgen espontáneos.

 

La Meditación En Movimiento TNDR es una técnica que: re-estructura, que es preventiva de los desequilibrios de salud, que proporciona mayor elasticidad corporal, que es equilibrante de la psique… y todo esto en pocas sesiones.



Recordatorio Tema 2:

  • Mientras que se realizan estos movimientos la mente ocupa un segundo plano, el cuerpo y el movimiento

  • son los protagonistas, es donde ponemos la atención. Arrinconando el pensamiento “el cuerpo nos indica” cómo tenemos que movernos. Consiguiendo un espacio de Meditación En Movimiento.

  • Cuando la atención está centrada en el cuerpo en movimiento, descubrimos que es el propio cuerpo quien decide los diferentes movimientos que van surgiendo.

  • Al abandonarnos en el instante de movimiento, surge el equilibrio que nace del vientre, del Centro De Consciencia de la Gran Esfera Del Vientre (lo que se denomina Hara en las culturas orientales).

  • Es la mente la que irá por detrás del movimiento, atestiguando cada instante de movimiento que se va produciendo.



by edicionestndr



WEBS de interés:

www.lacasitadepaz.es



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